Hace unos días una amiga me contaba sobre sus clases de manejo; después de muchos años se decidió: “Voy a comprar un auto pero antes debo aprender a manejar”. Su padre seria el instructor; las clases fueron excelente, siguiendo al pie de la letra cada lección sin objetar, acatando cada norma sin dudarlo; llegando al fin del entrenamiento su padre la felicito: “Has sido una excelente alumna, cumplido cada una de las pautas sin desobedecer, en cambio, tus hermanos, a los que enseñe también, fueron terribles, doblaban donde querían, aceleraban sin razón o recuerdo cuando esquivaron a la vecina y casi se topan con el buzón de la esquina”. Al escuchar el relato de mi amiga, pensé, que bueno el reconocimiento de su padre elogiando su desempeño; pero mas tarde recordando cada una de sus palabras y llevando estas clases a un nivel superior, a la enseñanza de nuestros padres a lo largo de nuestras vidas, repare en que seguir las reglas es sano mas ser rebelde muchas ...