El fuego quema, lastima, arde pero mirarlo fijamente
es atrapante. No sé si es calor que emana o la combinación perfecta de azules,
rojos y amarillos amalgamados moviéndose continuamente, pero más de una vez me
sentí tentada por lo prohibido, por eso que no se debe, pero igual que el fuego
desafía y anima a pecar o arder.
Erase una vez yo, segura de mi juego, no
obstante inestable emocionalmente, tan
perdida que caí en el centro de la hoguera y ahora estoy como los perros
lamiéndome las heridas.
El fuego prohibido, la pasión clandestina son
sinónimos, ambos dañan profundamente a si mismo se revelan sin necesidad de
indagar demasiado. Tan solo asomarse, sentir la calidez-caricia y pufff …nos encendemos y no hay bombero que pueda extinguir las llamas. Aunque
lo percibía, veía que eran enormes las
llamaradas al igual que sus mentiras, eternas las noches en vela esperando su
llegada, frustrante disfrutarlo solo unas horas
y amarga las despedidas, yo ardía
entre sus brazos pero me derretía abandonada.
Si yo lo sabía por que lo permitía? …
Quizás porque a seguro lo llevaron preso y jugar con fuego es peligroso sino aceptamos las reglas del juego.
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