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“Recuerda que no obtener lo que quieres, a veces es una suerte” (Amado Nervo).

Será así?...Seguramente justo en el momento en que perdimos aquello que  ansiábamos, esta frase nos puede parecer tonta y con ciertas pinceladas de resignación. No es el instante apropiado para ponerse a filosofar, ni tampoco para darse la cabeza contra un muro, nadie se alegra de no conseguir lo que anhela, o de perder lo que había conquistado, y aun peor, nadie esta exento del dolor o de la decepción (ahí es donde un amigo nos salva del naufragio).

Una vez leí algo sobre la “causalidad”, y muy acertadamente decía que la mayoría de las cosas en nuestra vida ocurren por una razón, en el lugar y momento apropiado, y es verdad,  cuantas veces achacamos a la fatalidad un encuentro o desencuentro?...muchas, pero no es azar, quizás el destino,  pero prefiero llamarlo Dios, Ala, Jesús o en quien tu  creas.
Una  manera de comprobar la “causalidad” es no desesperarse y dejar correr el tiempo, días, o puede que sean meses, así,  descubriremos con gran asombro que estamos mejor sin aquello que alguna vez quisimos o perdimos, tal vez  hasta hayas olvidado la  preocupación...que quería, con quien?... y en este mismo minuto comenzaras a  reconsiderar eso de que la frase era tonta.

Y como si fuera poco, este mismo autor nos deja otro reflexión  para meditar:
“Para que aguardas con impaciencia las cosas. Si son inútiles para tu vida,
Inútil también es aguardarlas.
Si son necesarias, ellas vendrán y vendrán a tiempo”

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