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Un jueves con pasado

Un día mas... o eso es lo que pensaba de aquel jueves ajetreado.
Recuerdo que me despertó el gallo (mi despertador parlante) a las 6.50 am, me lance fuera de la cama hacia el baño, tratando de abrir los ojos y despegarme la almohada. Me esperaba un día completo, lleno de actividades laborales y extras, obviamente todo estaba fríamente calculado; como cada jueves, donde una pequeña demora podía hacer peligrar mi calendario jajaja.
Amo tomar mate, llegar a la oficina temprano y poder desayunar en paz, como dice la publicidad: “No tiene precio”, obviamente después del segundo termo la paz es reemplazada por voces, gente yendo y viniendo y miles de dedos tecleando las computadoras. Mientras comía la ultima galleta de arroz, redactaba un  mail e intentaba responder al chat insistente de mi manager, oí el ring del teléfono, wow , que tiene este jueves que no me da respiro y eso que no llegamos al mediodía aun.
Me adelante al pensar que mi jornada laboral seria tediosa, por obra del destino o de edesur, la luz fallo y la magnifica tecnología que nos conecta con todo el universo me dejo colgada y sin contacto con el afuera; que significa?....tarde libre por desconexión.
Hermosa tarde de primavera, un hueco de dos horas en mi calendario sonaba interesante, aunque no lo suficiente para pasar por la peluquería (mi flequillo pide a gritos que lo corte), así que opte por la mejor opción, ir al shopping, no hacer shopping si no ir, es decir, recorrer los locales mirando lo que me gustaría tener y buscando las ofertas para volver el día indicado al local indicado donde la señal luminosa diga HOY SALE.
Caminando entre la gente, sin mirar alrededor sino pensando en que bien quedaría ese vestido rojo  en mi, siento la mirada fija de alguien, sin poder evitarla me volví hacia esa persona, y oh sorpresa! , era él; había pasado mucha agua bajo el puente, pero eso no impidió que al verlo mis rodillas temblaran y que mi alma abandonara mi cuerpo. Sin tiempo al reponerme, se acerco y me saludo con un beso; pensé, ojala, el rubor de mis mejillas no se vea tan fuxia como lo percibía. Como estas? tan tiempo!, exclame casi tartamudeando; muy bien, me dijo, y agrego estoy esperando a mi esposa que está en el vestidor, probándose un vestido rojo.
 Rojo?, roja estoy yo de bronca y decepción, el estaba ahí frente mío, tan lindo como lo recordaba pero más aun con esas canas que antes no tenía. Estaba delante mío  y solo quería correr, salir escapando de ese encuentro. Como era posible que aun me afecte  su presencia? , solo su cercanía provocaba  que todo mi cuerpo se estremezca.
Mientras intentaba que mi cara no expresara lo que el resto de mi ser sentía, me despedí argumentando que era tarde y necesitaba ir aaaaa…. Porque mi mente me jugaba esa fea jugada?, había tantas excusas que podría haber usado, pero tras unos segundos que para mi fueron horas, dije, tengo que estar en casa para darle de comer al gato (vos tenes gato? Yo tampoco jajaja pero solo pude decirle eso).
Como escape de esa bochornosa situación no tiene desperdicio; después de contarle de mi gato imaginario , le desee buenas noches (a las 4 de la tarde) y sin más camine hacia el lado opuesto al que debía, pero no importo, me urgía huir de ese lugar, de ese recuerdo que hoy era más que eso.
Regrese a mi casa y mi novio estaba mirando tele tirado en el sofá, me alegro verlo, sin embargo  la culpa me embriagaba, no engañe no mentí, pero acaso lo hacía?... otro hombre de mi  pasado que hoy era más presente que nunca.
Quizás el pasado no siempre esta pisado o quizás las historias no cerradas tienen el peso de la incertidumbre que no nos permite concluir una historia.



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