Me enseñaron que cada uno debe responsabilizarse por sus problemas, si
necesita ayuda, la pide, si no, se las arregla solo. Pero qué hay de los que expulsan
sus problemas?, los que no contentos con no hacerse cargo los lanzan, y lo
peor, porque los atajo yo y no lo dejo
caer?...
No es simple verse como los otros nos ven, ni darse cuenta de
los errores, por ende es difícil comprometerse a resolver una dificultad o algo
que no nos deja avanzar. Intente hablarme ante al espejo pero no recibí
respuestas, mas me asustaron las ojeras
y la tristeza que veía, que me veía, mientras pasaban las horas y la preocupación
no me dejaba dormir.
El, es el que no necesita o no quiere comprometerse, los años
y su vida no lo llevan por mi camino, donde anhelo dejar de andar y construir
mi nido, plantar un árbol y tener hijos. Cada uno tiene su tiempo, estoy de acuerdo,
pero mi tiempo es mío y no pretendo perderlo, las horas que se van no solo no
vuelven sino que se acumulan y restan en lo que nos queda por vivir.
Quizás es el momento preciso de correrme, de hacerme a un lado
cuando el problema intente golpearme, armar mi maleta y llevarme lo poco que
tengo y dejar espacio para todo lo que tendré.
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