Conocer a alguien, pasar tiempo con esa persona, disfrutar
buenos momentos, despedirse porque la distancia ameritaba, seguido de
extrañarse y volverse a ver: Reencuentro, sumar lindos días y maravillosas
noches, y otra vez separarse.
El paso siguiente era reunirnos, esta vez en mi
lugar, sin embargo por mis miedos e inseguridades la distancia se hizo mas
tensa, confieso que me aleje, cerré las
puertas de la comunicación mas una ventana siempre quedo abierta.
Los días me pesaban y no podía olvidarlo, intente entrar por
la ventana, en vano fue, porque no recibí respuesta, mis palabras fueron
sinceras llenas de amor, nostalgia y
esperanza, pero rebotaban en el aire, nadie las escucho o quizás no encontraron
sentimientos.
El dolor de la indiferencia es mas agudo que la verdad, porque
la Verdad te hace libre, y el silencio te consume por dentro…
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